martes, 25 de mayo de 2010

GAJES DEL OFICIO: EL CAMINO AL TRONO

Personalmente, siempre he tenido un gran problema con el asunto de atender el llamado de la naturaleza. Desde que tengo recuerdos, entrar en ese cuarto me produce una incontrolable angustia.

El baño de mi oficina está en el pasadizo de entre la puerta de entrada y la recepción; justo al medio. Durante todo el día, quienes quieren ir a "ocuparse", se levantan de sus escritorios a chequear la disponibilidad del asiento.

Yo, por mi lado, no fui al baño los primeros días en la chamba. Fui tanteando el terreno y, aunque bastante intimidada, al tercer día decidí enfrentar mis temores.
Me levanté de mi asiento y me dirigí a esa pequeña puerta blanca; estaba cerrada. Regresé a mi lugar y esperé. Me paré nuevamente y se repitió el escenario unas 4 veces. La chica que atiende la recepción, me miró y dijo conmovida: "No te preocupes, yo te paso la voz".

Cuando por fin se desocupó el trono, me acerqué temerosa a ese lugar receptor de pensamientos, frustraciones y descargas. Recuerdo el coraje con el que me adentré en ese campo inexplorado, y luego, sin previo aviso: el miedo.

Miedo a ser escuchada.- ¿Acaso era esto, en alguna forma, diferente a ese temor de ir al baño en la universidad o en el colegio; con las cabinitas una pegada a la otra, intentando determinar los decibeles de un "splash!" o un "prff"? ¿Cómo saber si alguien ahí afuera estaba escuchando?

Miedo a los olores delatores.- A ese asfixiante olor a Glade que te abrazó cuando por fin lograste cruzar el umbral del cuarto; ese perfume que tal vez taparía los olores, mas no podría de ninguna manera, esconder el secreto de lo que hiciste ahí adentro.

Atrapada dentro del baño y de mis pensamientos. Me miré al espejo por tres minutos. Me lavé las manos 5 veces y me refresqué la cara 3. Me enfrenté al miedo, pero el miedo me ganó.

Tal vez mañana...Tal vez más adelante.

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martes, 11 de mayo de 2010

EMPEZANDO

Primer primer día.-

Llego a la oficina donde voy a trabajar. Son las 9am y me he despertado a las seis para poder pasar primero por la comisaría a sacar los antecedentes policiales que me pidieron. No he dormido casi nada. CUATRO HORAS. Todo por quedarme tonteando en el msn. En recepción no hay nadie. Creo que he llegado antes que el vigilante. Me siento a esperar en la salita, a ver si pasa mi empleadora... o al menos alguien dispuesto a ayudarme. Nada. Saco un libro y me pongo a leer. Termino el libro. La recepcionista ya llegó hace un rato, pero nadie me da bola. Son ya las 10:40am...casi no puedo mantener los ojos abiertos. Creo que estoy cabeceando...¡Dios, sólo te pido no babear!. Me atiende un broder y me pide los papeles de la policía y demás documentos para el archivo. Firmo un contrato y me informan que no tengo computadora ni nadie que me explique qué hacer. Me voy a mi casa. Decido tontear una vez más en vez de dormir.

Segundo primer día.-

Me levanto a tiempo, a pesar de que la cama me quiere corromper. Estoy lista y salgo con tiempo para llegar puntual. A mitad de camino, por alguna razón (tal vez porque no he dormido bien desde la semana pasada y ya no puedo pensar con claridad), me invade una extraña desesperación: son las 8:30am, estoy en la av. Arequipa, no voy a llegar a las 9. Me bajo del micro y corro a tomar un taxi. Ahora son las 9:30am, no he llegado todavía y estoy segura de que el micro que me transportaba está pasando por segunda vez por mi destino. Gracias a Dios, aún no tengo tarjeta para marcar. Me presentan alrededor de la oficina. Hola. Hola. Holahh.

Me gusta mi computadora. Es plana y la pantalla es muy grande. No me han bloqueado programas, wiii. Me gusta la oficina. Queda cerca de la casa de mi abuela y hoy, aunque salí disparada cual pedo, almorcé con ella. Me gusta mi trabajo porque suena importante. Me levanta el autoestima con ganas.

Desde esta semana, no me importa ser quien pica la cebollita china, envuelve los wantanes o saltea las verduras. Desde esta semana, mi chijaucay será el más rico que hayan probado y mi chancho con tamarindo estará en la portada del New York Times.

Aunque tenga que utilizar el slogan de otra franquisia... ME ENCANTA!... y (para acercarlo un poco a mi realidad laboral)a tí también TE ENCANTALÁ! =D

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